Las próximas elecciones estadounidenses se van a mirar con lupa. Lo que se pretende es que no se produzcan interferencias ajenas como sucedieron en la victoria de Donald Trump hace cuatro años. Y, de nuevo, las plataformas de internet juegan un papel determinante en la construcción de los discursos sociales.
Aunque no está demostrado científicamente la capacidad de influencia de las llamadas «fake news» en redes sociales, las principales compañías han movido ficha. La última, Alphabet, propietaria del buscador Google, que ha anunciado una nueva medida para limitar el alcance de los anuncios políticos.
Los partidos políticos, por tanto, no podrán hacer publicidad en Google segmentada por diferentes categorías como su ubicación o su sexo, según explica en un comunicado
Scott Spencer, vicepresidente de Gestión de productos de Google Ads, su plataforma de publicidad. El gigante de internet, por tanto, va a dejar de ofrecer a los anunciantes la capacidad de orientar sus mensajes electorales utilizando datos de registro de votantes públicos y afiliaciones políticas generales, algo permitido en el mercado estadounidense.
Hasta ahora, aquellos anunciantes verificados podían segmentar sus anuncios utilizando información ideológica de sus usuarios tales como si eran defensores de discursos de la izquierda, eran más conservadores o se definían como independientes. Esta medida se produce en un momento delicado en el que las plataformas de redes sociales están bajo una gran presión acerca de su negocio de la publicidad política de cara a las próximas elecciones presidenciales de EE.UU. en 2020.
Pese a …