Cualquier juguete con conexión a internet que tenga cámara, micrófono o sistema de localización puede poner en riesgo la privacidad y seguridad de hijos o padres. Podría tratarse de un osito de peluche parlanchín, un coche inteligente o una tableta diseñada especialmente para niños. Con el afán de las empresas por sacar nuevos juguetes al mercado, podrían pasarse por alto las garantías de seguridad. «Los padres deben ser conscientes de lo que traen a casa para sus hijos. Cuando se conecta algo a internet, puede estar potencialmente expuesto a los ciberdelincuentes. Una vez que han entrado, los piratas informáticos pueden