Ingenieros de la Universidad de Northwestern han creado una mascarilla inteligente llamada «FaceBit» que, en palabras de sus creadores, es como una «Fitbit para la cara».
FaceBit no es una mascarilla completa, sino un sensor que se puede acoplar magnéticamente a las mascarillas N95 y quirúrgicas que llevan los trabajadores sanitarios.
FaceBit se dedica a realizar un seguimiento de diversas métricas de salud. Los sensores de la minúscula placa que el equipo ha creado pueden registrar el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria del usuario a través de la máscara a la que está sujeta.
Los datos de la frecuencia cardíaca y respiratoria se cargan en una app de smartphone complementaria, lo que permite a los usuarios ver sus datos de salud, como si llevaran un Fitbit.

FaceBit también registra el tiempo total que los usuarios llevan puestas las mascarillas, y puede incluso indicar al personal sanitario cuándo debe tomarse un descanso, ya que las frecuencias respiratorias y cardíacas elevadas suelen estar relacionadas con niveles de estrés elevados.
FaceBit también puede alertar a los usuarios cuando el sello de la mascarilla N95 que llevan puesta puede haberse roto. Aunque no puede verificar directamente si los sellos faciales siguen en su sitio, puede detectar golpes que serían lo suficientemente fuertes como para romperlos y alertar al usuario de que puede necesitar arreglar su mascarilla.
Quizá lo más impresionante de FaceBit sea la larga duración de su batería. FaceBit viene equipado con una batería integrada, que puede recoger pequeñas cantidades de energía de la luz solar e …