La opinión pública se ha vuelto contra la revista satírica Charlie Hebdo por una viñeta sobre el reciente terremoto de Italia.
Todo el mundo recuerda lo que ocurrió en París una fría mañana de enero de 2015. Los hermanos Chérif y Said Kouachi irrumpieron en la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, ataviados de negro y con la cara cubierta, y dispararon con fusiles de asalto contra una veintena de personas que allí se encontraban: primero, a unos empleados de mantenimiento; después, a la mayor parte del equipo de la revista en la sala de reuniones, tras haber tomado como rehén a una dibujante para obligarla a introducir el código de apertura de la puerta blindada que protegía la redacción; y al grito de: “Alá es el más grande”, huyeron, dejando hasta entonces once muertos y cinco heridos.
El atentado contra Charlie Hebdo fue una vil represalia por sus innumerables chistes sobre el islamLa razón del ataque, reivindicado por la franquicia de Al-Qaeda en Yemen, no era otro que los innumerables chistes que la revista había publicado sobre múltiples aspectos del islam. Fue el más grave sin duda, pero no el primero. En noviembre de 2011, hackearon su página web y, de madrugada, incendiaron su sede con un cóctel molotov como represalia por un número especial en el que, entre otras cosas, habían sustituido el nombre del semanario por Charia Hebdo, en referencia a la sharia o ley islámica.
Portada de 'Charlie Hebdo' tras los atentados de enero de 2015 - LeProgres.fr
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