En el 2008 fui a Tonanzintla, en donde tuve acceso a platicar con los astrónomos que trabajan ahí, amén de haber estado en el telescopio de 1 metro con el que vimos Saturno. Más aún, la visita nos llevó al Gran Telescopio Milimétrico, el cual está pegado al pico de Orizaba. Fue una interesante experiencia. A partir de esta visita, me interesó particularmente la radio-astronomía. A diferencia de la astronomía que usa enormes telescopios,en la radioastronomía se usan enormes antenas parabólicas. La ventaja es que este enfoque es inmune a los problemas típicos de la astronomía óptica, como puede ser la luz de fondo (la de las ciudades, que contaminan las observaciones o las hacen más difíciles), o bien, cuando simplemente está nublado no hay manera de observar la bóveda celeste. En cambio, en la radio-astronomía se atrapan señales electromagnéticas, no necesariamente en el espectro visible, y así podemos intentar estudiar señales que llegan en una longitud de onda específica. Además, no tiene que ser estrictamente de noche para hacer estas “observaciones”. Pues bien, investigando en la red hallé que alguien había escrito un libro sobre cómo hacer radio-astronomía casi a nivel casero. Percival Andrews escribió no solamente un buen tratado para principiantes, sino que en su libro habla de cómo crear un dispositivo electrónico (un amplificador de señales) y más aún, el autor escribió software para procesar las señales que capturaba su amplificador. Le compré su libro por unos 200 pesos y me lo mandó en formato PDF. Así …