¡Aguas con la manera en como gastan en los juegos free-to-play, chav@s! Aunque dentro de varios juegos gratuitos las microtransacciones son opcionales para proseguir con la aventura, éstas en muchos casos pueden llegar a convertirse más en una obsesión que en una alternativa para vivir la experiencia del título, al grado de incluso rayar en una riesgosa adicción. Si no nos creen entonces tan sólo chequen el caso de un sujeto japonés el cual, en cuestión de sólo unas horas, derrochó toda una fortuna dentro de un mismo juego.