Bienvenidos a la cuna de la originalidad.
Rodeado de rascacielos y fuentes de innovación, en una transitada calle de Shenzhen, encontré uno de esos peculiares supermercados tecnológicos de China. Casi cualquier producto tecnológico que podías esperar, estaba allí. Desde cables hasta drones. Todo. Absolutamente todo.
Obviamente no podía perderme aquel festival de luces y originalidad. Quería conocer de primera mano todo lo que aquel peculiar mercado chino podía ofrecer a un europeo.
No defraudó en absoluto.
En cien metros cuadrados caben cien Apple Store diferentes¿Vendes iPhone? Eso es suficiente para llamarte “Apple Store” en China. Bueno, si lo que vendes son copias de iPhone, también, no vamos a ser tiquismiquis. Y puede que tu vecino haga lo mismo que tú.
¿Una semana para reparar el teléfono? Allí la mitad de las tiendas lo hacen en cinco minutosEn Europa se alaba el servicio técnico de empresas como Apple por su eficiencia (cinco días hábiles, por lo general). En China, cualquiera de estas tiendas te repara tu teléfono en lo que tardas en ir al baño.
¿Un cambio de pantalla? Unos veinte euros y el tiempo de un café. ¿En Apple? Más de cien euros y varios días laborables. ¡Bendita eficiencia!
Pero, ¿este iPhone es de verdad?“Mira qué copia tan exacta del iPhone 7 Plus Jet Black”, decía a uno de mis acompañantes. Cinco minutos más tarde, dudaba si era una copia o un iPhone original. Y así con casi cualquier producto.
…
Otra cosa quizá no, pero precisión para copiar no faltaba.
¿Y este teléfono de dónde sale?