Por desgracia, no fue bonito mientras duró.
No pudo ser. No existirá en el mercado, de momento, el ansiado tercer sistema operativo que pueda poner las cosas difíciles a iOS y Android. La guerra móvil se ha acabado, y el panorama que queda tras la férrea batalla deja un escenario de dos. No estuvo lejos de ser de dos y medio, pero Windows Phone -o Windows 10 Mobile, como le han llamado últimamente- murió, de manera no muy digna, casi sin intentarlo, como ocurre en esas batallas en las que los soldados rasos no tienen motivación para seguir a un general.
2007, el principio del fin
El declive -si es que alguna vez estuvo fuera de ese estado- de la plataforma móvil de Microsoft ha sido largo y doloroso, y para entenderlo debemos volver la vista 9 años atrás, hasta el nacimiento del iPhone. En ese momento Nokia y Symbian dominaban de manera muy clara el mercado de los smartphones, superando por mucho a RIM y a Microsoft.
El 12% de cuota de mercado mundial que ostentaba Windows Mobile, sin ser brillante, no situaba a la empresa de Redmond en mala posición. Frente a una Nokia que dominaba las operadoras, como Samsung en los años recientes, Windows Mobile estaba fuertemente enfocado al mercado empresarial, con un buen número de aplicaciones dedicadas y con Office como bandera.
9 años después, esta es la imagen desde la que mejor podemos comprender el lugar que ocupa hoy Microsoft en el mundo móvil.
Llegó el iPhone, y los principios que …