Uno de los grandes problemas de la informática tradicional ha sido instalar controladores o programas y, acto seguido, comenzar a notar mal funcionamiento en todo el sistema. Y no es que nuestro equipo se infectara con un virus, sino que algo ha salido mal y ha afectado a componentes cruciales.
En versiones anteriores a Windows XP, cuando ocurría algo así, o formateábamos y empezábamos de cero (lo que ahora, desde Windows 10, haríamos con "Restablecer el equipo") o recurríamos a una solución de copias de seguridad de terceros que hiciera las veces de, por ejemplo, Time Machine en macOS.
El auténtico salvavidas enterrado en Windows
Sin embargo, desde Windows XP, la función que más veces me ha salvado la vida en Windows ha sido la de crear puntos de restauración. La tenía prácticamente olvidada hasta que, recientemente, el equipo de un familiar empezó a dar fallos en Windows 11 tras la instalación de software de una fuente maliciosa.
Al principio, pensaba que no habría mucho que hacer, porque pensaba que la 'Protección del sistema', requisito imprescindible para usar los puntos de recuperación, estaría desactivada en ese equipo, pero no fue así. Por defecto, Microsoft asegura que la función no se activa por defecto en Windows 10 y 11.
Para activar la 'Protección del sistema', hay que seguir un proceso muy simple. Solo tienes que presionar el botón de inicio y escribir "punto de restauración" y presionar Enter en el primer resultado. Si es primera …