El final de 2018 fue muy bueno y muy malo para Microsoft. La parte buena es que los resultados financieros de la compañía y su capitalización bursátil están yendo a la perfección, mejor que nunca. La mala tiene que ver con Windows 10 y su October 2018 Update, que llegó acompañado de innumerables fallos que hicieron que la compañía retirara la actualización, y no volviera a lanzarla al público hasta diciembre, cuando los usuarios buscaran la actualización manualmente.
Para ser ofrecida de forma automática, tuvimos que esperar hasta enero. Y aun así siguió rompiendo funciones y partes del sistema. En Genbeta ya comentamos el gran problema que tenía Microsoft con Windows Update, y parece que por fin va a comenzar a ponerle solución como cuentan en Windows Latest, tras pequeñas medidas como no actualizar si se detectan incompatibilidades con aprendizaje automático.
En Genbeta
El peor enemigo de Windows 10 es Windows Update
Windows 10 eliminará actualizaciones si causan problemas de arranque
Ahora Microsoft irá un paso más allá. Incluso cuando ya haya actualizado Windows 10, si el sistema detecta problemas durante el arranque producidos a causa de una actualización instalada por Windows Update, podrá desinstalarla. El objetivo es "asegurar que el dispositivo puede arrancar y continuar funcionando como se espera", afirma la compañía de Redmond en documentación aportada en su web de soporte.
En línea de lo que ya hacía el sistema no instalando versiones incompatibles, …