Para un fabricante de coches convencional inmerso en su evolución hacia una compañía enfocada en la movilidad, crear una gama que pone el lujo, el detalle y el trato al cliente al nivel de los fabricantes más exclusivos no es una tarea sencilla, y llevarla a buen puerto siempre es un gran reto. Vignale, la gama más exclusiva de Ford, ha supuesto un nuevo enfoque de producto, pero también del proceso de compra y los servicios personalizados y a medida para el cliente.
Todo comienza mucho antes de que el cliente acuda al concesionario, comienza en la fábrica valenciana que el Ford tiene, y que pudimos visitar, en Almussafes, donde se ha creado un departamento denominado 'Vignale Quality Center' en el que trabajan profesionales dedicados exclusivamente a revisar los Vignale. Cada modelo de Ford Mondeo, Ford S-MAX y Ford Kuga se separa de la fase final de la línea de producción para ser supervisado por este equipo de seis personas que dedica 120 horas a revisar hasta 100 puntos del coche. Todo para que el cliente reciba un coche exclusivo y mimado desde el principio.
La experiencia Ford Vignale para el cliente comienza en los Vignale Lounge, los espacios creados por Ford para comercializar sus vehículos más exclusivos. El ambiente moderno y relajado junto a los asesores personales, que cuidarán de ti durante toda la visita, te permitirán descubrir que no todo son propulsores o transmisiones, en Vignale se habla mucho con el cliente de materiales, colores, tecnología exclusiva, personalización, acabados, …