Una venta plagada de rumores y dramas pero que, por fin, se ha hecho realidad.
La compañía que todo el mundo ama y a la vez que todos odian. El escaparate para medios y últimas noticias, pero que no deja de ser eso, un escaparate; ese vestido bonito pero que no lo es tanto como para entrar a la tienda para comprarlo. Aquella que ha estado plagada de rumores y diatribas, la que no sabía muy bien qué hacer para seguir y sorprender. Dramas respecto al dudoso buen hacer de sus directivos, los cuales, por cierto, no usaban los servicios de la compañía que les paga sus mansiones y bonitos coches. Esa misma directiva que terminó siendo sustituida por otra supuestamente más eficiente. Usuarios que huyen en manada, ciertamente aburridos, y se pasan al new age de las apps; es decir, Snapchat y sucedáneos que ya superan las cifras de Twitter. Unos beneficios en caída libre que dibujan una cotización en bolsa plagada de picos y una monetización que hace aguas por todos lados. Más de diez años de historia que han dado para todo y más.
Twitter es la oveja negra del sector de las tecnológicas de Silicon Valley pero que, sin embargo, no deja de ser el centro de las conversaciones cuando hace algo importante. O cuando hace algo sin más. Hoy, por lo pronto, toca hablar de su sonada venta.
Quien lo quiera, que lo compre
DATOS A TENER EN CUENTA SOBRE EL COMPRADOR (de cualquiera que sea)
http://www.recode.net/2016/9/14/12876560/twitter-acquisition-options-google-facebook-apple
Shutterstock.
Como buitres a la …