Cada vez son más los pisos de alquiler que desaparecen de dicha categoría para apuntarse al mundo de Airbnb, abriendo sus puertas por días a los turistas que vienen a pasar una corta temporada en algún lugar 100% preparado para vivir sin tener que amueblar, dar de alta servicios o preocuparse con la burocracia correspondiente.