Facebook quiere que tengas amigos, pero amigos que veas también en la vida real.
Hay algo claro en la evolución de Facebook y es que si decide ir al por el nicho de mercado de alguna u otra compañía, lo mejor es echarse a temblar. Lejos quedaron aquellos tiempos en los que el muro de la red social era una simple sucesión de comentarios y fotos de las fiestas y vacaciones de los amigos. La idea de Zuckerberg pronto fagocitó al resto de redes sociales; su concepción de internacional era suficiente para abandonar al resto de opciones. Aún muchos recuerdan a Tuenti. Después llego el resto. Facebook se convirtió en una máquina cada vez más sofisticada en la que cada vez se podía incluir más y más información y en la que la propia red social entendía, con precisión, cuáles eran tus gustos y aficiones con el único objetivo de ofrecer la publicidad de forma personalizada. Reacciones, imágenes, comentarios... un todo que se analiza hasta el milímetro. Pero no era suficiente para Facebook, había que controlar nuevos nichos de mercado. Y por aquel entonces ya empezaba a despuntar algo que se afirmaba iba a ser el futuro de las redes sociales: el vídeo. Y más concretamente el vídeo en directo o instantáneo. El campo de recreo que hasta entonces había dominado Snapchat, la red social millennial por excelencia, se convirtió en el punto de mira de Zuckerberg. Primero llegó el vídeo en directo similar a Periscope y en poco tiempo, todas …