Un tren de Norfolk Southern, uno de los operadores ferroviarios más grandes Estados Unidos, se descarriló y explotó el pasado viernes 3 de febrero cerca de la frontera entre Ohio y Pensilvania. El resultado fue que más de 50 vagones, aproximadamente la mitad de la longitud del tren, fueron destrozados y crearon un enorme incendio.
Lo realmente problemático del incidente es que, según la propia compañía, una quinta parte de estos vagones estaban llenos de materiales peligrosos. A pesar de su magnitud e impacto medioambiental, el accidente ha pasado bastante desapercibido hasta el 8 de febrero, día en que el periodista Evan Lambert fue detenido mientras investigaba el alcance y dudas legítimas del incidente, así como varias teorías de conspiración del que llegó a ser nombrado como un "Chernóbil químico".
El accidente fue detallado por Associated Press (AP), como una "masa destrozada y carbonizada de vagones en llamas", que ocurrió en las afueras de East Palestine, un pueblo de unas 5,000 personas que no fueron evacuadas hasta el domingo 5 de febrero por la tarde.
Por su parte, el gobernador Mike DeWine comentó ese mismo día del riesgo de que una falla catastrófica en el camión cisterna podría derivar en una explosión de metralla mortal en un radio de 1.6 kilómetros. Esta situación se podía presentar ya que los equipos de extinción no estaban controlando el incendio, que se aproximaba a 14 vagones cisterna llenos de cloruro de vinilo.
East Palestine: Residents living …