En un descubrimiento sorprendente en Nueva York, paleontólogos hallaron los restos de una especie de artrópodo extinta de hace 450 millones de años, preservada de forma excepcional gracias a la infiltración de pirita, conocida como "el oro de los tontos". Este proceso ha mantenido detalles anatómicos cruciales, permitiendo una mejor comprensión de la vida marina de aquella época