La industria que rodea a los audífonos ha convertido estos dispositivos en elementos tradicionalmente caros y que no están al alcance de todos los públicos. Ocurre por ejemplo en países en desarrollo en los que los precios de estos productos hacen que los que tienen problemas de audición tengan difícil acceso a la solución.
Eso podría cambiar gracias al logro de Mukund Venkatakrishnan, un joven de 16 años que reside en Estados Unidos y que tras un viaje a India en el que ayudó a su abuelo a utilizar uno de estos aparatos se dio cuenta de que esta industria necesitaba nuevas alternativas. El audífono no tenía que ser un lujo, pensó.
Un futuro prometedor para el audífono de bajo coste
Su solución permite evaluar el nivel auditivo de una persona con una serie de pitidos, pero además se autoprograma para convertirse en una ayuda para la audición que puede ser utilizada con cualquier tipo de auriculares. De hecho, su potencial reparación es muy sencilla, algo que no ocurre con audífonos convencionales en los que la electrónica es mucho más compleja.
La calibración del dispositivo -que por ahora es un sencillo y tosco circuito integrado- se realiza al frotarse las manos para tratar de imitar el sonido que tiene el fichero de audio de referencia en el cual se pueden oír unas manos frotándose. Si el usuario no puede oír sus propias manos, otra persona puede ayudar a calibrar este singular audífono.
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