La programación habitual de TV se interrumpe. Estamos en 1969, y los estadounidenses ven en sus pantallas al presidente Richard Nixon, que empieza a leer un discurso con gesto grave:
"El destino ha querido que los hombres que fueron a la Luna para explorarla se queden en ella para descansar en paz. Estos hombres valientes, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanza de que sean rescatados...".
Los asesores de Nixon escribieron este discurso, bajo el título de "En caso de desastre lunar". Pero, como todos sabemos, Armstrong y Aldrin pudieron retornar a la Tierra y finalizar con éxito la misión Apolo XI. De modo que Nixon jamás se vio en la tesitura de tener que grabar ese discurso.
Así que, ¿cómo es que tenemos el vídeo de ese momento?
Deepfakes: un arma de desinformación masiva
Como ya habrás intuido, para su realización se recurrió al uso de tecnología deepfake, una de las aplicaciones de moda de la inteligencia artificial, que permite coordinar en un vídeo el rostro de una persona con las expresiones y movimientos de otra.
Pero poner el rostro de alguien en otro cuerpo, aunque podamos cambiar el movimiento de los labios, es una cosa muy distinta de oírle decir algo que nunca dijo. Ahí es donde entran los deepfakes de audio, que pueden elaborar desde cero, únicamente a partir de un texto escrito, una réplica realista de la voz de alguien. O, como en este caso, …