Ubuntu 18.04 ya está aquí, y aunque suene demasiado optimista, o quizás sea parte del buen sabor de boca que deja Bionic Beaver cuando lo usas, me atrevería a decir que el futuro de Ubuntu luce brillante. O, al menos luce más interesante de lo que habían estado presentando en los últimos años.
Ya con Ubuntu 17.10 habíamos podido echar un vistazo al nuevo rumbo de la distribución. Este es un Ubuntu que ha dejado atrás Unity, de una Canonical que ha dejado atrás sus ideas de la convergencia y Ubuntu Touch. Una empresa que ahora se va concentrar en su producto principal y rentable: el sistema operativo de escritorio.
Con sabores novedosos como Ubuntu Budgie, los clásicos de siempre como Kubuntu con un KDE, un entorno que a veces parece avanzar mucho más que GNOME; o con distros como Ubuntu MATE que ya se habían plantado muy bien como alternativas al Ubuntu base con Unity, es el sabor original de la distro el que menos pasión y halagos lleva generando hace tiempo. Pero, algo parece estar cambiando.
Haciendo las cosas simples
Menú de aplicaciones en Ubuntu 18.04
GNOME Shell tiene sus detractores, dependiendo del tipo de usuario, el entorno puede llegar a resultar más complicado de lo necesario, pero Ubuntu le ha dado su toque personal y la decisión de anclar el dock a la izquierda de la pantalla en lugar de mantenerse escondido, lo hace más accesible a todo tipo de usuarios.
Una …