Hay dos tipos de persona: las que pueden trabajar desde casa y las que no. Para unos es un sueño hecho realidad: ahorrarse los atascos de cada mañana, tener más flexibilidad de horario, poder conciliar mejor la vida laboral con la familiar... pero para otros es una auténtica pesadilla: te pasas el día entre cuatro paredes, no tienes contacto en persona con nadie, haces demasiadas visitas a la nevera y muy probablemente acabas hablando con tu gato.
Yo estoy en el primer grupo. Llevo un año y medio trabajando desde casa y disfrutando cada minuto de ello, aunque también reconozco que tiene sus inconvenientes. Cuando empecé a hacerlo me dediqué a leer mucho sobre cómo afrontar el trabajo en casa: productividad, organización, trucos para concentrarse y evitar distracciones, la dificultad de desconectar... y toda esta información, sumada a mi experiencia de estos meses, me han llevado a escribir este artículo.
Ante todo, conviene aclarar que estos trucos y consejos me funcionan a mí... pero no tienen por qué hacerlo contigo. Cada persona es un mundo, y también depende mucho del tipo de trabajo que hagas. No es lo mismo ser redactor para un medio online que diseñador freelance, o propietario de una tienda en Etsy.
Aun así, en líneas generales, creo que la mayoría de los que trabajamos en casa podemos beneficiarnos de una serie de costumbres que pueden hacer nuestras jornadas más productivas, y ayudarnos a evitar los principales "peligros" de quienes tenemos la oficina en casa: la …