Jonathan Ive está de nuevo en boca de todos. Su reciente alianza con OpenAI para crear lo que Sam Altman describe como "la pieza de tecnología más cool que el mundo jamás haya visto" ha vuelto a poner el foco en el diseñador que durante dos décadas definió la estética de Apple. Se habla él como una deidad del diseño. El hombre que, junto a Steve Jobs, cambió la tecnología para siempre.
Pero aquí hay algo que no se cuenta tanto: que Apple tuvo que rectificar algunas de sus decisiones tras la salida de Ive. Incluso estuvo detrás de la cancelación del coche autónomo de Apple. Es por ello, que partir de 2019, empezaron a devolver las características que había eliminado en nombre del minimalismo extremo. Ive puede ser un genio, pero también es humano. Y los MacBook Pro son la prueba perfecta de ello.
Los puertos que nunca debieron irse
Imaginemos por un momento la frustración de un editor de vídeo (me incluyo) en pleno 2016 o 2017. Te compras un MacBook Pro "profesional" de más de mil euros y descubres que, para conectar su monitor, necesitas un adaptador. Para leer las tarjetas SD de su cámara, otro adaptador. Para hacer una presentación con HDMI, otro más. Toda esa experiencia de Mac delgado y minimalista, viéndose empañada por cables y adaptadores por toda la mesa.
Bajo la dirección de Ive, Apple apostó por la máxima delgadez y la simplicidad extrema, lo …