2019 ha sido el año del gran desembarco de los patinetes eléctricos en España.
Los patinetes han revolucionado las ciudades de norte a sur, pero no les ha ido tan bien como les gustaría.
De cientos de robos y el nacimiento de un mercado de reventa de piezas en Wallapop a dejar de operar completamente: esto es todo lo que les ha fallado a las empresas de patinetes en su primer año en el país.Autor: Alba Asenjo
2019 ha sido el año del gran desembarco de los patinetes eléctricos en España. Aunque la americana Lime llegó en agosto de 2018, la mayoría de multinacionales tardaría unos meses más. O varios más en el caso de las startups españolas, que sobre todo lanzaron sus vehículos en Madrid cuando el Ayuntamiento reguló su uso.También ha sido el año caliente de estos dispositivos en Málaga, donde han proliferado las críticas por la masiva ocupación del espacio urbano que han supuesto; en Zaragoza, donde se ha acabado regulando; en Barcelona, donde una empresa ha luchado contra la prohibición del Ayuntamiento; y en Valencia, Sevilla y Pamplona.
Los patinetes han revolucionado las ciudades españolas, pero no les ha ido tan bien como les gustaría. De cientos de robos y un vandalismo inesperado a la reventa de piezas en Wallapop y dejar de operar completamente: esto es todo lo que les ha fallado.
"Peor que en Ciudad de México": las empresas de patinetes han perdido cientos este año en MadridLos robos han marcado el año para las empresas …