Shawn K llevaba 21 años trabajando como ingeniero de software cuando su propia empresa lo despidió después de reestructurarse hacia la IA. Lo curioso del caso es que él mismo había ayudado a implementar esas funciones de inteligencia artificial que acabaron costándole el puesto. Su historia pone sobre la mesa algo incómodo: muchas veces la IA no sustituye por ser mejor, sino por ser más barata.Después del despido en abril del año pasado, tuvo que enviar más de 800 solicitudes de empleo antes de conseguir algo temporal. Según se recoge en Futurism, acabó viviendo en una caravana y haciendo trabajos para aplicaciones de reparto mientras buscaba empleo. Su experiencia demuestra que las empresas están implementando sistemas de IA llenos de fallos para justificar despidos y ahorrar en nóminas.La IA no funciona, pero los despidos sí"Estoy convencido de que cualquier persona cuyo trabajo se realice todo el día frente a un ordenador está acabada", declaró Shawn K tras su experiencia. Y es que su salario superaba los 150.000 dólares anuales, una cantidad que su empresa prefirió ahorrarse independientemente de si la IA podía hacer realmente su trabajo. Spoiler: no podía.Ed Zitron, crítico tecnológico, va al grano con este tema. Las empresas no despiden porque los modelos de lenguaje sean mejores que los humanos, sino para recortar costes después de haber invertido mucho dinero en IA que no funciona como esperaban. Los sistemas automatizados a menudo fallan en las tareas más básicas, pero eso no importa si el objetivo real es reducir …