Descubrir un importante fenómeno en un laboratorio y aplicarlo en la vida real con fines comerciales son dos objetivos normalmente desasociados en el mundo académico, aunque sean fundamentales para el desarrollo económico con valor agregado de un país. Pero, a diferencia de emprendimientos comunes, los “scienceprenurs” lidian con la necesidad de desarrollar sus habilidades comerciales y resolver cuestiones relacionadas a la propiedad intelectual.
Por esta razón, el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile, junto a la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) han lanzado el fondo “Startup Ciencia”. Por el otro lado, la Universidad de St. Gallen de Suiza y el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX), anunciaron la segunda versión de “Academia Industry Training” (AIT).

Startup Ciencia
Sacar la investigación de los laboratorios y ampliar la comunidad científico-emprendedora. Para logar esto, los emprendedores necesitan tiempos más largos de I+D que los tradicionales, existe un alto nivel de incertidumbre, lo que dificulta su acceso a financiamiento, y muchos potenciales protagonistas de un startup disruptivo no logran alcanzar sus objetivos al no haber sido formado comercialmente. Estas son las razones por la que el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile y Corfo anunciaron el fondo concursable “Startup Ciencia”.
“Vamos a abordar de manera específica la promoción de los emprendimientos basados en ciencia, puesto que son de una naturaleza diferente: son más lentos en su desarrollo, más costosos y más riesgosos, pero su impacto puede ser transformador para nuestra economía”, dijo la …