A Netflix han llegado grandes superhéroes de la franquicia de Marvel; tales como Daredevil, Jessica Jones, Iron Fist y Luke Cage. Por supuesto, cada uno con su propia serie exclusiva para que tengamos la oportunidad de profundizar en cada personaje y así conocer sus universos, complejidades, enemigos y vidas alternas. Sin embargo, no todas las series de Marvel en Netflix destacaron precisamente por tener una trama coherente, pues con la llegada de Iron Fist, notamos que habían ciertos cabos sueltos que no terminaron de aterrizar del todo. Poco a poco se comenzaban a manifestar síntomas de agotamiento en las historias.
Después llegó The Defenders, una serie que prometía mucho porque finalmente los superhéroes iban a reunirse en un mismo universo, compartiendo tramas, relaciones personales y conflictos. La producción, evidentemente, no cometió los mismos errores de Iron Fist; es decir, aquí no habían capítulos de relleno, ni te quedabas con la sensación de haber estado perdiendo el tiempo. No obstante, la recta final de The Defenders, comenzó a ir en declive porque en la resolución de ciertos misterios habían muchas incoherencias.Daredevil (Matt Murdock), por ejemplo, se sintió como una nueva serie fresca, con tintes originales sobre un superhéroe ciego y oscuro que, a su vez, trabaja como abogado para resolver crímenes. Después de haber visto siempre las mismas fórmulas, con esta producción original de Netflix realmente sentías un nuevo giro más tenebroso.
Aquí, Marvel exploró su lado más sórdido, aquel que las películas no muestran y por un buen motivo; es decir, …