Hace unos días, los lectores de dos respetados períodicos estadounidenses (el Chicago Sun-Times y del Philadelphia Inquirer) recibieron junto con su ejemplar dominical un extenso suplemento de verano, repleto de artículos sobre cultura, alimentación, entretenimiento y lectura estival. A primera vista, parecía una guía ligera de recomendaciones para la nueva temporada.
Sin embargo, una lectura detallada del mismo reveló que la publicación estaba plagada de desinformación generada por inteligencia artificial: citas falsas, expertos ficticios, libros inexistentes y afirmaciones sin fuente fiable alguna.
El episodio ha puesto, además, en evidencia los riesgos reales que supone integrar IA generativa en medios de comunicación cambiando la supervisión humana por automatización masiva, y ha revelado la preocupante desconexión entre las redacciones periodísticas y el contenido que publican con su cabecera.
Una colección de invenciones disfrazadas de periodismo
El suplemento, titulado "Best of Summer" y con una extensión de 64 páginas, incluía una lista de lecturas que rápidamente generó sospechas entre lectores y autores: libros como Tidewater Dreams de Isabel Allende o The Rainmakers de Percival Everett, recomendados con entusiasmo... bueno, sencillamente no existen, aunque el suplemento los presentase con sinopsis detalladas.
Listado de lecturas recomendadas del suplemento. Vía Bluesky
De hecho, 10 de los 15 libros listados son un invento total. Pero este fue solo el inicio de la polémica. Pronto se descubrió que otros artículos del mismo suplemento también contenían información fabricada:
Se citaba a una inexistente doctora Catherine Furst, supuesta antropóloga alimentaria de …