En los Estados Unidos ya es costumbre recurrir a Internet para informarse sobre los fallecimientos de personas cercanas, ya sea para dejar mensajes en honor al fallecido, para consultar cuándo será el funeral, etc. La mayoría de las funerarias tienen página web, y además existen portales web de referencia, como Legacy.com.
Sin embargo, hoy en día, un usuario estadounidense que buscase en Google el nombre de alguien que ha fallecido recientemente, probablemente se encontraría con una avalancha de vídeos, casi idénticos entre sí, de personas que leen obituarios. ¿Por qué? ¿Acaso se están poniendo de moda las 'audioesquelas' en los EE.UU.? ¿O hablamos de algo más turbio?
Sí, es más turbio
Wired reveló hace unos meses la historia de un hombre que, tras descubrir que una compañera de clase de la infancia había fallecido inesperadamente, buscó su obituario en Google. Lo que encontró, sin embargo, fue bastante inquietante: junto con las páginas que alojaban su obituario oficial, vio también diez vídeos de bajo presupuesto en YouTube en los que diferentes personas resumían de forma burda los avisos de fallecimiento del fallecido.
Ahora, la gente que pierde a alguien, en lugar de encontrar detalles sobre el funeral o sobre dónde enviar flores, tienen que lidiar con una industria de especuladores que intentan atraer su atención para generar ingresos. Es lo que a estas alturas ya se ha bautizado como la industria del 'pirateo de esquelas'.
"La información no debería pertenecer a las funerarias, sino estar al servicio del público", se defienden …