El plena recesión de las tabletas y ante la decadencia (en ventas) del ordenador, a Microsoft se le ocurrió una idea brillante hace cinco años que parecen muchos más. Se trata de la gama Surface, un concepto de informática que se encuentra entre dos aguas. Y, ahora, la firma americana vuelve a retorcer su estrategia con un nuevo modelo, Surface Pro, que sigue los pasos de las anteriores versiones, pero mejora la eficiencia en las configuraciones intermedias. Aunque la transición hacia los equipos «2 en 1» está siendo más lenta de la esperada, estamos ante un equipo de buen rendimiento cuya pega es su precio, demasiado elevado.
Lo primero que llama la atención en su exterior. Este dispositivo tiene un buen agarre gracias a sus bordes redondeados. Presume de utilizar materiales nobles que le confieren, además de una cierta elegancia, un diseño espectacular, aunque visto con anterioridad. De hecho, es fácilmente confundible con otros modelos anteriores, como es el caso del Surface Pro 4, lanzado hace casi dos años. Lo cierto es que ya tocaba verse las caras con una nueva propuesta.
El modelo probado corresponde a la versión con procesador Intel Core i5 a 2.60 GHz de velocidad combinado con una memoria RAM de 4 GB. Es decir, la versión intermedia de todas las posibles configuraciones, que van desde el chip m3 de menor rendimiento hasta el más potente i7 y disponible con 16 GB de memoria RAM, que eso sí ya son palabras mayores. La gracia …