Los que tenemos ya una edad recordamos el día en el que Steve Jobs prometió "hacer historia" en la keynote del iPhone original allá por 2007. Y ya hemos hablado mucho sobre cómo se hizo historia aquél día, pero lo que se ha olvidado es que el iPhone original provocó una decepción ante toda la comunidad de desarrolladores.
Y es que en el evento se mostraron muchas revoluciones: la pantalla multitáctil, la interfaz del primer 'iPhoneOS' y el patrón de lo que ahora mismo consideramos un dispositivo imprescindible en nuestras vidas. Pero ese dispositivo, en enero de 2007, era un jardín completamente vallado. Intocable.
Una revolución cerrada a cal y canto
El primer 'iPhone OS' tenía los iconos de sus aplicaciones fijos, sobre un fondo de pantalla negro. No podían reorganizarse, pero el dato que Steve Jobs dio y que no gustó nada a los desarrolladores es que no había modo alguno de desarrollar aplicaciones.
Si querías desarrollar algo, tenías que limitarte a aplicaciones web que los usuarios debían abrir a través de una dirección web y Safari. En aquella época se hablaba mucho de HTML5, pero los desarrolladores esperaban poder trabajar en experiencias nativas. Y Jobs cerró esa puerta en unos pocos minutos durante el final de la presentación.
El tiempo ha demostrado que eso fue un error. Y afortunadamente ese error fue resuelto en tan solo un año, porque con la llegada del iPhone 3G se presentó la segunda versión …