Es bien sabido que Steve Jobs odiaba las reuniones. Y no porque fuese una de sus muchas manías, sino porque la mayoría las percibía como innecesarias y priorizaba que fuesen charlas cortas de unos diez minutos y muy enfocadas a un objetivo en concreto. De ahí que siempre iniciase estas reuniones con una misma frase que, por simple que parezca, guardaba mucha relación con la productividad.

Y es que con una sencilla frase Jobs lograba impulsar la creatividad y reordenar las agendas de su equipo. De paso obtenía otros beneficios como la confianza en el grupo a la hora de permitir una comunicación abierta y sin tapujos.

"¿Tenéis algo en mente?"

Una pregunta corta y que escondía mucho detrás por lo abstracta que era, pero que potenciaba la creatividad de su equipo. El objetivo de esta pregunta era que cualquiera se sintiese libre de expresar lo que pensaba a cada momento, ya fuese una idea, un problema o una preocupación.

De este modo lograba fomentar una comunicación abierta y directa, quitando el miedo a cualquiera a expresarse. Y es que de ahí podían salir todo tipo de cuestiones, por lo que todo tenía un fondo positivo, ya fuese solventar un problema o preocupación, así como dar pie a que surjan las grandes ideas que a la postre son vitales en compañías como Apple. Creatividad en estado puro.

Otro beneficio que se extraía era el aumento de la productividad. El equipo lograba quitarse …