Sin registro, sin límite de tamaño y con vista previa.
Los más veteranos recordarán cómo nos las teníamos que ingeniar para compartir un documento o archivo con un disquete de menos de 3 MB.
Con el tiempo vinieron los DVD regrabables, las tarjetas SD y, finalmente, los stickers USB o pendrives, que permiten compartir varios gigas de archivos.
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