Si bien sabemos que utilizar un sistema operativo sin soporte es bastante arriesgado e insensato, ciberataques como el del pasado viernes demuestran que puede convertirse en una verdadera pesadilla. Durante el fin de semana el ransomware WannaCrypt se robó los titulares al afectar miles de ordenadores en decenas de países de todo el mundo.
En España fue la intranet de Telefónica quedando fuera de juego lo que nos alertó, pero en poco tiempo se confirmaron ataques en el sistema de salud inglés, FedEx en Estados Unidos, instituciones en Rusia, Ucrania, Taiwan, México, y más. WannaCrypt se aprovecha de una vulnerabilidad crítica en Windows que afortunadamente Microsoft ya había descubierto y parcheado antes de los ataques. Pero claro, en sistemas con soporte.
La forma tan alarmante en la que este ransomaware comenzó a esparcirse y como llegaron de registrarse decenas de miles de ataques en más de 70 países, hizo que Microsoft lanzara una actualización extraordinaria para Windows XP, un sistema que dejó de tener soporte hace tres años.
La empresa decidió liberar para todo el público, actualizaciones de seguridad que están disponibles solo para clientes en soporte especial (como el caso de los cajeros automáticos con XP que reciben soporte hasta el 2019), porque saben que aún existen muchas máquinas con Windows XP en el mundo. Máquinas que no estaban protegidas de WannaCrypt porque simplemente no reciben ya actualizaciones de seguridad.
La NSA, los Shadow Brokers y lo que está por venir
En abril comentábamos sobre …