Piénsalo por un momento: muchos de los espectadores que asistimos al nacimiento del primer iPhone nos quedamos atónitos —no quiero ni imaginar algo similar con el Apple II—. Aquello no era para tanto, decían: escasa memoria, componentes de dudosa calidad... Algunos dijimos que aquel invento no era para nosotros, bien por su elevado precio, bien por su escasa disponibilidad. Otros aseguraban la revolución, que el iPhone cambiaba la forma en la que interactuabas con la tecnología, que terraformaba el hogar donde llegaba, porque ya no tendrías que usar (casi) nada más.

Pero ese tren ya pasó y cuando quisimos intentarlo ya era demasiado tarde: estaban agotados, o descatalogados, o con precios inflados, propios del mercado de coleccionistas. Es fácil comprar y, a toro pasado, quejarse de la decisión tomada. La redacción de Applesfera también se arrepiente de algunas compras.

Pero, ¿qué hubiese sido de haber comprado algún producto que simplemente pasó fuera de nuestro radar? ¿Cuánto hubiese modificado nuestro entorno de trabajo o nuestro ocio? Estos son los productos que nos arrepentimos de no haber comprado en su día.

El producto de David Bernal Raspall que llegó tarde

Vamos con ese producto que David quiso pero no terminó adquiriendo. "En su momento no tenía una setup en la que encajara bien el HomePod, que yo pretendía utilizar sobre todo con el televisor. Pasó el tiempo hasta que, ya con la setup lista, empecé a pensar en esperar a la segunda generación del …