Tras despegar del Cosmódromo de Plesetsk a las 21:17, hora peninsular española, del 3 de noviembre de 2018 el satélite Glonass-M 57 está en una órbita de 19.122×19.163 kilómetros con una inclinación de 64,8 grados, lo que confirma el funcionamiento correcto del Soyuz 2.1b que lo lanzó. Es el segundo lanzamiento con éxito de un cohete Soyuz desde Rusia desde el fallo del Soyuz FG que tenía que haber puesto en órbita la cápsula tripulada Soyuz MS-10 el pasado 11 de octubre.

La comisión encargada de investigar el lanzamiento fallido ha establecido que la causa fue un error en el ensamblado del cohete que dañó un sensor, lo que hizo que la separación de uno de los propulsores laterales fuera incorrecta. Y los dos lanzamientos de cohetes Soyuz realizados desde entonces sin problema alguno apuntan a que en efecto se trató de un fallo puntual.

Pero también hay que tener en cuenta que los dos lanzamientos con éxito han sido realizados desde Plesetsk y no desde Baikonur, donde fue ensamblado el cohete que falló.

Así que si la presión en los equipos que ensamblaron estos dos cohetes debe de haber sido intensa no quiero imaginar la presión a la que estará sometido el equipo encargado de ensamblar el Soyuz FG que lanzará la cápsula de carga Progress MS-10 rumbo a la Estación Espacial Internacional el próximo 18 de noviembre.

Si este tercer lanzamiento sale bien la idea es que el 3 de diciembre se lance la cápsula tripulada Soyuz MS-11 …