Cambridge Analytica, anuncios falsos. Noticias falsas. Bulos, intoxicación informativa. Y numerosos escándalos alrededor del consumo de contenidos informativos a través de las redes sociales han empañado en dos años la evolución de las plataformas sociales de los grandes gigantes del sector. Facebook, la gran bola de fuego, ha conectado a Rusia las 115 cuentas eliminadas recientemente por «comportamiento no auténtico».
Pese a los intentos de las empresas tecnológicas, los países que durante los últimos tiempos más han inundado de propaganda y mensajes extremistas no han cesado su actividad. Una muestra que pone de nuevo sobre el tablero a las guerras virtuales que se libran en varios continentes y que han situado a los servicios digitales (redes sociales y aplicaciones) como herramientas de las que aprovecharse.
Son conscientes las empresas del sector que lo que se cuece en sus plataformas es un potaje de inventos, de mentiras y de bulos. Lo han intentado resolver reforzando mecanismos automatizados y ampliando su plantilla de revisores humanos, pero siguen colándose intrusos que, en lugar de venir en son de paz, aspiran a manipular a los usuarios. Están lográndolo y incluso aún más que en 2016 cuando se detectaron los primeros indicios de las llamadas «fake news».
Según un estudio (PDF) de la universidad de Oxford (Reino Unido), los contenidos basura se han compartido en la última campaña electoral de Estados Unidos aún más que en la anterior, cuando se nombró presidente del gobierno a Donald Trump. El informe pone de relieve que en …