Grandes buques con propulsores reactivos y alas se desplazan flotando sobre el mar. No se trata de ciencia ficción, sino de los ekranoplanos, unas naves económicas, rápidas y capaces de transportar toneladas de carga y personas a miles de kilómetros en cuestión de horas. Rusia se ha propuesto resucitar esta prometedora tecnología soviética.