A lo largo de la corta historia de la industria de videojuegos, muchas experiencias han sido guardadas en el lejano oriente. Japón fue, es y, probablemente, seguirá siendo una bóveda de proyectos que son considerados demasiado para el resto del mundo. No importa el género, año de lanzamiento, consola o público objetivo, el país del sol naciente rara vez suelta algún tesoro. Sin embargo, cuando esto llega a suceder, normalmente ya han pasado muchos años y los consumidores, junto con las compañías, han evolucionado. Así que en lugar de ver a estos productos como elementos que tiene que ser juzgados con estándares actuales, hay que verlos desde una perspectiva diferente. Rara vez hablamos de experiencias de hace más de 20 años en un contexto actual, a menos que sean un parteaguas en la cultura.