A poco más de medio año de su lanzamiento original en PlayStation 4 y PC, Rocket League llega a Xbox One con todos los irresistibles atributos que lo caracterizan: un buen control, reglas fáciles de entender y un gameplay adictivo que siempre nos hará regresar por una partida más. Este port del juego es el mismo en cuestión técnica, pues ofrece la experiencia que ya conocemos pero para una nueva base de jugadores.