A lo largo de toda la historia del gaming, hemos sido testigos de muchos eventos que han cambiado al medio para siempre. Para finales de los años noventa e inicios de la década pasada, buena parte de los estudios desarrolladores seguían rascándose la mente en busca de hacer la transición del 2D al 3D de la manera más limpia posible. Fracasos durante este proceso sobran, no obstante, también hay casos de éxito muy marcados. Uno de ellos es lo que pasó con Metroid Prime de 2002, título que marcó a toda la industria por el magistral trabajo realizado por Nintendo y Retro Studios. Tras haber terminado su labor con la tercera entrega de dicha saga, Mark Pacini emigró a Armature, studio que con el apoyo de Comcept del mismísimo Keiji Inafune, nos entrega al encantador ReCore.