Nuestros amados videojuegos cuentan con una historia sumamente peculiar, pues en un lapso verdaderamente corto de tiempo, pasaron a ser una moda que se creía pasajera, a un industria multimillonaria que sigue en proceso de maduración e incluso de validación como expresión artística legitima. En 1983, todo estuvo a punto de desaparecer gracias a una grave crisis provocada por el libertinaje que Atari permitió en la publicación de juegos, asunto que causó que el mercado se saturara de basura y viniera un justo desencanto con el público. Nintendo apareció en el momento exacto para imponer políticas bastante duras y así, retomar el control del medio que se hundía sin mayor esperanza.