El 2018 fue un gran año para los juegos que estaban enfocados en su narrativa y que dejaban de lado (o en segundo plano) los modos multiplayer. Basta con mencionar títulos como God of War, Red Dead Redemption 2, Assassin's Creed Odyssey y Dragon Quest XI, sólo por mencionar algunos. Pero en el mes de marzo hubo otro título que aparte de contar con una gran historia, también sorprendió por su entretenido gameplay, aunque pasó desapercibido por muchos jugadores. Me refiero a Far Cry 5, que quizá por su estética y temática religiosa no resultó tan atractivo para el público. Casi un año después de su lanzamiento llega Far Cry New Dawn, una secuela directa que mantiene casi todos los elementos del título anterior.