La industria de los videojuegos, como cualquier industria creativa, se forja con tendencias. Cada creador toma lo que es popular y reconocible en su contexto y época. Decide, entonces, cómo romperlo. Cómo transformarlo. Entonces, pueden pasar dos cosas: o sigue con el camino establecido o se decide a transformarlo. El talento es, al final, lo que decreta si dicha decisión es la correcta.