Uno de los más grandes problemas con Call of Duty: Modern Warfare y Warzone, además de los hackers, es el monstruoso tamaño de instalación que necesitan. Cada actualización del battle royale a veces pesa hasta 30GB y aunque no siempre aumenta el tamaño del juego como consecuencia, los jugadores ya se están empezando a cansar. Si pensabas que esto iba a cambiar con Black Ops Cold War, entonces te tenemos malas noticias.