Con el Golfo Pérsico en plena desestabilización, con un dirigente también claramente inestable presagiando males mayores, con una emergencia climática ya indiscutible que ya solo niegan los más ignorantes, y con unas compañías petroleras empeñadas en incrementar su producción, es el momento de replantear radicalmente de dónde extraemos la energía que necesitamos. La ciudad de …