Por alguna extraña razón que nunca he terminado de comprender algunos géneros literarios dentro de la narrativa son considerados como menores. Es el caso muchas veces de la literatura fantástica, la ciencia ficción, la literatura de detectives o la novela negra. Sobre todo, en países de habla hispana tenemos poca estima por este tipo de literatura, aunque sus adeptos han ido incrementando. Aun así hay grandes autores de este tipo de géneros y uno de ellos es sin duda el argentino Adolfo Bioy Casares.
Muchos conocen a Bioy más por su relación tan estrecha con Borges que por su literatura, sin embargo, cabe decir que Casares tiene una joyita de ciencia ficción llamada La Invención de Morel, la cual es una de las mejores historias sobre el género que se han publicado hasta la fecha.
La novela se publicó en 1940, el prólogo es del mismo Borges y en el mismo el autor de El Aleph dice que le parece “una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta” de lo buena que es.
Según la sinopsis del libro:
“Un fugitivo de la justicia llega en un bote de remos a una isla desierta sobre la que se alzan algunas construcciones abandonadas. Pasado el tiempo, el protagonista descubre el fin de su soledad absoluta, ya que en la isla han aparecido otros seres humanos. Los observa, los espía, sigue sus pasos e intenta sorprender sus conversaciones.
Ese es el punto de partida del misterio, del tránsito continuo de la realidad a la alucinación que poco a …