Delgados, de no más de 170 cm de alto, piel morena y gruesa, con brazos y piernas largas, en general, con cuerpo atlético. Esa es la descripción de un par de peculiares concursantes que representaron a México en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928 que, al terminar un maratón de 42km, se quejaron diciendo "¡muy corto! ¡muy corto!". No eran deportistas entrenados, sino un par de indígenas de un pueblo nativo de Chihuahua: rarámuris, o en español "corredores de pie".
¿Quiénes son estos hombres morenos y sigilosos que habitan en Las Barrancas del Cobre? La mayor parte de ellos se dedican a cultivar maíz y frijol para autoconsumo, además también suelen tener pequeños rebaños de chivas, cabras u ovejas que tienen que pastorear entre las montañas y que en ocasiones los hacen correr varios kilómetros al día entre senderos apenas dibujados en la sierra, y al borde de riscos que podrían poner en riesgo su vida.
Super corredores
Carrera de bola
Por si esto fuera poco se divierten jugando carreras de bola (rarajipuami en su lengua), en las cuales una pelota dura, hecha de madera, es pateada y el juego consiste en ver quién la alcanza primero, en este juego conviven hombres, mujeres y niños, y generalmente hacen una apuesta en forma de alimento que todos comparten juntos, sin importar quién ganó o quién perdió. En una carrera de bola se pueden correr hasta 90 kilómetros.
"Desde que Cortés y sus invasores de armadura …