Los reyes japoneses de la tecnología de imagen han ido perdiendo sus coronas ante la dura rivalidad que presentan China y Corea del Sur. La nueva víctima es la histórica Sharp y todavía no sabemos quién la salvará: el gobierno japonés o el gigante taiwanés Foxconn.
Poco a poco las empresas más poderosas de Japón en cuanto a tecnología de imagen fueron cayendo debido a la fuerte competencia y a unas operaciones que no daban los suficientes ingresos como para seguir manteniéndose. Toshiba, Hitachi, Sony... nombres conocidos mundialmente que ahora dependen del auspicio del gobierno nipón para continuar.
La inversión gubernamental pretende que la producción de pantallas de cristal líquido se mantenga en el país, junto a la tecnología, la historia y el empleo que generan. La última pieza para crear el conglomerado perfecto sería Sharp, una empresa centenaria y responsable de millones de paneles LCD al año.
El conglomerado empresarial nipón es la INCJ, Red de Corporaciones por la Innovación de Japón, fundada por el gobierno para paliar las maltrechas cuentas de las producciones de paneles japoneses frente al músculo surcoreano, en pos de potenciarse y mantenerse como líderes en esta tecnología clave en millones de dispositivos producidos al años.
No será tan fácil ya que hay alguien más interesado en hacerse con la tecnología y capacidades de Sharp. Este jueves Sharp ha indicado que pueden inclinarse a aceptar una oferta de Foxconn, el gigantesco conglomerado de fabricas de producción de aparatos electrónicos que ensambla millones de iPhones, iPad, consolas, etc. al año.
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