A partir de hoy mismo, millones de ordenadores equipados con Windows 7 dejarán de recibir actualizaciones de software o parches de seguridad. Así, finalizará el soporte oficial a una de las versiones de Windows más populares de la historia (su cuota de mercado supera todavía el 25%).
Microsoft hará un último intento (llevan ya 3 años insistiendo) mediante un mensaje a pantalla completa de convencer a sus propietarios para que actualicen a una versión más moderna del sistema operativo. Pero, ¿qué pasará con aquellos a los que no logre convencer, e insistan en seguir utilizando Windows 7?
El peligro de quedar desactualizado
Los ordenadores equipados con Windows 7 seguirán funcionando, claro, pero la propia compañía ha explicado que aquellos usuarios que se mantengan fieles a esta versión de su sistema operativo serán "más vulnerables a los riesgos de seguridad y a los virus", precisamente por no recibir las actualizaciones de seguridad elaboradas por Microsoft.
En resumen: Windows 7 es, a partir de hoy, objetivo prioritario de los ciberdelincuentes, que de pronto se encuentran a 1 de cada 4 usuarios de Windows sin apenas capacidad para protegerse ante posibles agujeros de seguridad. Lo previsible es que la producción de malware específica para este sistema operativo empiece a dispararse, como ya le ocurrió hace unos años a Windows XP.
En Genbeta
Windows 7: tras 10 años, esto es lo que el sistema supuso para el equipo de Genbeta
De hecho, …