Publicado por: El Espectador
Publicado en: 08/11/2016 13:46
Para quien aún no crea que las redes sociales tienen un potente impacto en la vida diaria el siguiente ejemplo puede resultar ampliamente ilustrativoDesde hace unos días, la compañía británica PortaPow comenzó a experimentar supuestos problemas para cumplir con la alta demanda de sus clientes por un cargador USB que permite, en efecto, cargar la batería de un dispositivo, pero que a la vez bloquea la transferencia de datos. O sea, un cargador que impide que alguien intente acceder al teléfono celular o la tableta de un usuario desprevenido.A simple vista este pareciera un artículo de nicho, un producto hecho para un grupo, selecto acaso, de personas que valoran ampliamente su privacidad y la seguridad de su información personal. O sea, usuarios que pueden ser hackeados y conocen el riesgo de conectar sus dispositivos en puertos USB públicos, como los que se encuentran en aeropuertos, estaciones de tren y otros lugares de tránsito, por ejemplo.Ahora, si bien PortaPow no es la primera empresa en fabricar este tipo de cargadores, conocidos popularmente como “condones USB”, un mensaje en Twitter de Neil Brown, un prominente abogado británico, le dio comienzo a una especie de bola de nieve de mercadeo que, al parecer, ha disparado las ventas de esta empresa.Aunque la compañía no ha revelado cifras oficiales de sus ventas (y es poco probable que lo haga, pues el misterio pareciera ser más lucrativo), algunos reportes señalan que la demanda ha estado a punto de romper con la cadena de producción de este …