El avión en cuestión en la Isla de Man – Mark Bess, CC BY-SA 2.0
Hace unos días se empezó a hablar de la oferta de Qatar de regalarle un Boeing 747 a Donald Trump –bueno, a la administración Trump– con la excusa de que lo use mientras no llegan los nuevos «Air Force One»¹.
Esto, por supuesto, hizo hecho saltar todas las alarmas en cuanto a la legalidad y a la ética de esta operación. Además de en cuanto a la seguridad de la información que se pueda tratar a bordo. Pero ahora ya sabemos que el Pentágono ha dicho que lo ha aceptado a pesar de todo.
Aunque el indicativo Air Force One se aplica a cualquier avión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) en el que viaje el presidente del país lo más habitual es que en la actualidad se aplique a los dos Boeing VC-25 que la USAF posee. Son dos Boeing 747-200B altamente modificados para adaptarlos a su misión.
Pero a estas alturas son aviones que ya van mostrando una edad, y es que fueron terminados en 1986 y sus primeros vuelos son de 1987. Esto hace que el mantenimiento cada vez sea más complicado, además de que montan motores de hace más de 40 años, menos eficientes que los actuales.
Así que en 2009 la USAF empezó a plantearse su sustitución con la idea de incorporar un nuevo avión, con la denominación VC-25B, en 2017, y otros dos en 2019 y …